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Estoy embarazada, ¿Debo comer doble?

Estoy embarazada

Una alimentación equilibrada es aquella que se caracteriza por ser: sana, suficiente, completa, agradable a la vista y al paladar. El consumo o aporte energético de una embarazada sana y con un solo feto es de 1800-2000 calorías por día. Estos valores se ajustan en base a las necesidades y el trimestre en que se encuentre el embarazo, procurando siempre incluir proteínas, carbohidratos y grasas saludables. De igual modo, las vitaminas y los minerales, que se vuelven especialmente necesarios durante esta etapa.

En este viaje de dos (o quizás más), con duración aproximada de 280 días (40 semanas), es el momento en que el bebé en desarrollo adquiere sus nutrientes a partir de las reservas de grasa y alimentación materna. Llevar una dieta equilibrada es una ocupación de todos en cualquier etapa de la vida, sin embargo, durante el embarazo se intensifica, puesto que en esta etapa la forma en que se come sienta las bases del buen desarrollo físico y mental del niño/a.

Poner atención a sus hábitos alimenticios y lograr una alimentación equilibrada previene complicaciones como: la malnutrición, que suele ser por déficit; la desnutrición, que resultará en un recién nacido de bajo peso y con enlentecimiento en el desarrollo; y también, la macrosomía fetal (>4.5kg), que resulta del exceso, y lo predispone padecer enfermedades metabólicas.

Así mismo, el «comer doble» o comer por dos es un mito que debe descartarse, la frase correcta debe ser «la alimentación equilibrada es el doble de importante», ya que el aumento desmedido de peso puede traer riesgos para la madre y el feto, tales como preeclampsia, obesidad materna, diabetes gestacional, parto prematuro, entre otras. Siendo así, esto representa una responsabilidad que recae en los futuros padres y madres, mientras se preparan para acoger a un nuevo miembro de su familia.

Se debe poner especial atención en la variación del peso de la mujer embarazada, lo ideal sería que no ocurra una pérdida de peso importante en el primer trimestre, y tampoco un incremento rápido o excesivo. Lo recomendado para la mujer es que inicie su embarazo con un peso dentro del rango normal para su talla, y que tenga un aumento gradual entre 9 y 12 kg durante todo el embarazo. Esto puede lograrse con una alimentación equilibrada y cambiando los hábitos insanos tanto de la madre como del padre (comida chatarra, alcohol, tabaco, medicamentos no prescritos y drogas recreativas). Por último, se recomienda que tanto el futuro padre como la madre inicien la ingesta suplementos vitamínicos y minerales antes del embarazo, algo obviado por muchos, pero que representa un factor importante en el desarrollo de complicaciones del embarazo y enfermedades durante la niñez.

En conclusión, es importante evaluar nuestro caso en específico, reconocer los hábitos insanos y hacer los cambios necesarios para mejorar la alimentación materna antes y durante el embarazo. Todo esto con la finalidad de lograr mejores resultados y hacer de esta etapa una experiencia más placentera y segura.

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